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Graduados palestinos de enfermería en Líbano: nuevas restricciones reproducen un sistema de exclusión y vulneración de derechos

Una vez más, la juventud palestina en el Líbano se enfrenta a un entramado de discriminación estructural que limita su derecho al trabajo y profundiza la marginación histórica impuesta sobre nuestro pueblo en los países de acogida. Decenas de estudiantes palestinos graduados con excelencia en la Facultad de Enfermería de la Universidad Americana de Beirut (AUB) han sido privados de obtener la certificación de habilitación profesional que emite el Hospital de la Universidad, requisito indispensable para acceder al mercado laboral.

Los jóvenes relataron a Sada al-Shatat que una decisión emitida por las autoridades libanesas en septiembre pasado ha dado lugar recientemente a nuevas y arbitrarias restricciones que dificultan —cuando no imposibilitan— el acceso de una persona palestina al ejercicio de la profesión. Entre los requisitos añadidos se exige la existencia de un anuncio oficial de vacantes en el hospital y un documento que certifique que ningún ciudadano libanés se ha presentado para ocupar el puesto.

Estos requisitos, además de injustos, son imposibles de cumplir: el propio hospital no puede legalmente declarar la ausencia de solicitantes libaneses, lo que convierte la habilitación profesional en una meta inalcanzable para los graduados palestinos. Incluso estudiantes que obtuvieron calificaciones destacadas y premios de excelencia fueron excluidos de la oportunidad de incorporarse al hospital donde tradicionalmente eran contratados.

Paradójicamente, la legislación libanesa había permitido durante años que los graduados palestinos de enfermería accedieran a permisos de trabajo y a la certificación necesaria para integrarse en el mercado local. Hoy, esas mínimas garantías están siendo erosionadas, reproduciendo un patrón de exclusión que niega a la juventud palestina el derecho a una vida digna, al desarrollo profesional y a la igualdad de oportunidades.

Gharam Khalife, una de las graduadas afectadas, denunció que la administración del Hospital Universitario les comunicó en octubre la negativa a otorgarles la certificación, bajo el pretexto de que debe demostrarse previamente la ausencia total de candidatos libaneses. Un criterio que, en la práctica, se utiliza como herramienta para marginar a los palestinos, incluso cuando cuentan con méritos académicos sobresalientes.

Esta situación no es un hecho aislado, sino parte de un marco más amplio de presión, restricciones y privación que afecta a los graduados palestinos de las universidades libanesas en el ámbito sanitario y en otros sectores. La juventud palestina, que ha demostrado compromiso, excelencia y firmeza en su derecho a construir un futuro digno, vuelve a toparse con barreras injustificadas que perpetúan la marginación histórica de nuestro pueblo en el exilio.

Desde Alkarama denunciamos estas políticas discriminatorias y la normalización de prácticas que niegan derechos básicos a los refugiados palestinos. La dignidad, el trabajo y el acceso a la educación son derechos fundamentales, no concesiones sujetas a criterios arbitrarios. Mantener viva la memoria y la denuncia es parte esencial del compromiso con nuestro pueblo y con las luchas por justicia e igualdad en todos los espacios donde la comunidad palestina sigue resistiendo y afirmando su derecho a vivir con dignidad.

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