Este pasado 20 de junio, se conmemoró como cada año el Día Mundial de las Personas Refugiadas. En Palestina ha coincidido con una escalada de violencia brutal, y que va en aumento, del régimen de apartheid israelí. Con decenas de asesinatos, miles de detenciones, y bombardeos a los campos de refugiados, como el de esta semana en Yenín.
«La Unión Europea manifiesta su gran «preocupación» por los últimos «acontecimientos» en Yenín, «que han causado» varias víctimas civiles», puede leerse en un prudentísimo comunicado de la diplomacia europea. Altos funcionarios de la Onu también han expresado, como viene siendo habitual, su «honda preocupación». Sería preferible sin embargo que no se «preocuparan» tanto y se «ocuparan» realmente de poner coto a la barbarie del régimen israelí como les obliga, por otro lado, el derecho internacional.
Pero no podemos pedirle peras al olmo, no podemos esperar nada de estos lacayos del sionismo.
Seremos nosotras, nosotros, quienes acabaremos con la barbarie en nuestra tierra.
VOLVEREMOS