Khalida Jarrar, destacada feminista, académica, investigadora, que fue dirigente histórica del Frente Popular para la Liberación de Palestina, detenida arbitrariamente en las mazmorras sionistas desde diciembre del año pasado, se encuentra actualmente en estado de aislamiento desde hace 18 días en la prisión de Neve Tirza en Ramleh, una prisión diseñada para este tipo de encierros, luego de ser trasladada de Damon, sin que se conozcan los motivos para someterla a este castigo prolongado.
La activista de derechos humanos fue arrestada en la madrugada del 26 de diciembre de 2023 en su casa en Ramallah y se le dictó una orden de detención administrativa, política heredada del mandato británico por la que el régimen de ocupación puede detener a una persona indefinidamente sin cargos y sin presentar pruebas. De acuerdo a su abogado, sufre condiciones de aislamiento extremadamente duras, en medio de severas restricciones y una campaña sistemática de abusos llevadas a cabo por las autoridades de la ocupación contra las prisioneras y prisioneros desde que comenzó la agresión integral y el genocidio en curso contra la población palestina el 7 de octubre. Aislada en una celda minúscula, sin ventilación, privada de recursos básicos como agua y alimentos en buenas condiciones, sumado a sus problemas de salud, ha logrado expresar a través de una carta enviada a su abogado lo siguiente:
“Muero todos los días. La celda es como una pequeña caja hermética. Sólo hay un retrete en la celda con una pequeña ventana encima, que fue sellada sólo un día después de mi traslado. No me daban espacio para respirar, e incluso la llamada «ashnav» (mirilla) de la puerta de la celda estaba sellada. Sólo hay una pequeña abertura donde me siento la mayor parte del tiempo para respirar. Me asfixio en mi celda, esperando a que pasen las horas, con la esperanza de encontrar unas pocas partículas de oxígeno para respirar y seguir viva… Lo que ha agravado la miseria de mi aislamiento es la elevada temperatura. Básicamente estoy dentro de un horno muy caliente. No puedo dormir por el calor extremo, y no sólo me han aislado en estas condiciones, sino que me han cortado deliberadamente el agua de la celda. Incluso cuando pido una botella de agua para beber, me la traen al cabo de al menos cuatro horas. En cuanto a salir al patio de la prisión, sólo me han permitido salir una vez después de ocho días en régimen de aislamiento, y retrasan deliberadamente la entrega de la comida de mala calidad durante horas”.
Khalida Jarrar, además de su papel en el Comité Nacional Palestino para el seguimiento de la Corte Penal Internacional, defensora de los presos políticos y una voz destacada en la lucha y expansión de los derechos de las mujeres, ha sido detenida incontables veces desde 1999, puesta en libertad y al poco tiempo encarcelada nuevamente. Su anterior detención duró dos años, desde octubre de 2019 hasta 2021 y en el transcurso del mismo, faltando dos meses para salir en libertad, el régimen le negó el permiso necesario para asistir al funeral de su hija Suha. Su resistencia y exposición de los crímenes de guerra ante las instituciones internacionales, la han convertido en blanco para que Israel ordene su secuestro y posterior detención en un momento en el que la política colonialista intensifica los secuestros, encarcelamientos y encierros de palestinos y palestinas. Su firmeza demostrada en las cárceles sionistas en detenciones anteriores le permitió encontrar oportunidades para utilizarla como herramienta de lucha contra el carcelero, reflejo del espíritu de lucha del pueblo palestino que se niega a la esclavitud en su propia tierra como destino y que tiene la decisión firme de recuperar su territorio y libertad del yugo del colonizador.
Desde el comienzo de esta nueva fase de agresión genocida, la ocupación ha intensificado sus arrestos de mujeres así como el uso de detención administrativa arbitraria contra ellas. Actualmente hay 19 mujeres detenidas con esta política, de las 87 presas recluidas en la prisión de Damon entre las que se incluye a una mujer embarazada, madres y hermanas de mártires, estudiantes, periodistas, abogados y activistas. Además volvieron a arrestar a seis mujeres que habían sido liberadas como parte del último acuerdo de intercambio con la resistencia palestina. Estas cifras sumadas al total de 9500 palestinos y palestinas detenidos, sin contar los números que se desconocen de Gaza que fueron arrestados en escuelas, refugios y hospitales y de los que han sido martirizados en las cárceles debido a tortura, condiciones inhumanas de detención, abuso sistemático y ataques deliberados, todo esto con el uso de una impunidad que tiene años de legitimación sin la exigencia de rendición de cuentas.
A través del testimonio de prisioneros liberados se ha podido conocer la situación de extrema gravedad que viven los detenidos por la ocupación, sobre todo los de Gaza que incluyen torturas, tratos inhumanos, humillaciones, negación de tratamientos médicos, amputación de miembros, agresiones sexuales, privación de alimento y agua, o de derechos básicos como privación de ropa, posibilidad de bañarse o ir al baño para sus necesidades. Política brutal de tortura que también aplica a niños, cuyo número de detención desde el 7 de octubre aumentaron sin que se conozcan las cifras exactas debido al secretismo de la ocupación, pero que se estima en aproximadamente 460 niños y adolescentes, según un informe de febrero de este año de la Comisión Palestina para Asuntos de Detenidos y Ex Detenidos.
La impunidad de la que goza el estado ocupante es proporcionada por una comunidad internacional cómplice en la medida que le ha permitido violar todo tipo de derechos humanos, mantener un sistema de colonialismo a través de una política de desposesión, apartheid y limpieza étnica que tiene su punto de mayor escala hoy con el genocidio en curso.
Exigir la liberación de Khalida Jarrar y todos los presos y presas palestinos es una demanda que hacemos como Alkarama (Movimiento de Mujeres Palestinas). Alzamos la voz para denunciar las atrocidades que comete el estado genocida, infanticida y colonialista de Israel a vista de todo el mundo, con las complicidades imperialistas que le brindan apoyo, impunidad y armas para atacar al pueblo palestino.
Instamos a los activistas y organizaciones a favor de la lucha y legítimo derecho del pueblo palestino a sumar su voz y manifestaciones con un reclamo firme por la liberación de los presos y presas palestinas, por la restitución de los cuerpos de los mártires retenidos por la ocupación a sus familias, como parte también de una lucha más general porque acabe el genocidio actual y por el desmantelamiento y fin del colonialismo sionista.
Palestina no se rinde, no se rindió nunca en su historia, soñamos con la libertad, caminamos hacia ella con todas las fuerzas de nuestras resistencias y ese día llegará. Palestina vencerá.
Libertad a Khalida Jarrar!!
Libertad a todos los presos y presas palestinos!!!